Carta del editor
La obesidad organizacional
Con todos los grandes desafíos que hoy tenemos no sólo debemos de contar con una buena salud mental y física, sino que además debemos de procurar que nuestras organizaciones sean “fitness”.
La palabra “fitness” se traduce como “condición física, forma física o buena forma”. También se puede entender como un estado general de salud y, en una forma más específica, se le conoce así a la capacidad de practicar ciertas actividades físicas, ocupaciones y actividades cotidianas. Es decir, adoptar y mantener hábitos saludables.
En este sentido, la obesidad organizacional (término acuñado por la Dra. Tibaire Depool en el Libro ABC de la Gestión de Activos-Cambio Cultural), se refiere a una enfermedad organizacional cuyos síntomas se manifiestan en organizaciones que, al querer hacer muchas cosas al mismo tiempo, en lugar de ir más rápido se ralentiza ya que no es capaz de invertir la energía y recursos en iniciativas que realmente le generen valor. Esto ocasiona que al final del periodo haya hecho mucho, pero con pocos resultados.
Para mitigar la obesidad organizacional, una medida preventiva es la de conocer la salud de nuestros activos. Esto ayudará a enfocar adecuadamente no solo las iniciativas sino los recursos tanto económicos como humanos.
No permitamos que nuestras organizaciones sean obesas. ¡¡¡Hagámoslas fit!!!
Foto: Dr. Luis (Luigi) Amendola
Caminata por Venecia-Italia, 7:00 am